domingo, 16 de septiembre de 2012

Una despedida

Kandinsky


El sol suele contradecirme cuando me encuentra despierto y poco entero al finalizar la noche. Me escondo de él por un momento y vuelvo horas después, cuando de todo ya se ha ocupado y no queda nada que pensar.

Los días alteran su orden y no importa, si un lunes pasa por sobre un jueves y el domingo vuelve a comenzar, son todos iguales e inalterables, se repiten en si mismos desde siempre y no puedo ni podré cambiar los caprichos del tiempo.

Y aunque no me esperes en las calles, ni me quieras encontrar en algún paso inadvertido de tu caminar, ahí estaré, cantando bajo, silbando alguna canción que te guste, resonando en tus oídos una y otra vez, sin saber dónde ir, perdido en los vestigios del alcohol y la vida.

Me despedí por última vez tantas veces que esta vez no sé como hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario