sábado, 25 de febrero de 2012

Entre el ron y tus indicaciones



Me confesó en privado que había bebido un ron inglés (del cual no tengo más datos) y dialogamos obsesivamente sobre que en ese momento debíamos vernos y beber un vino casualmente adquirido. Fue mi idea y su inteligencia le dio el no antes de salir a mi encuentro. Aunque algo cambió esa noche y he tratado de indagar en estos días qué fue, o por qué; no he tenido respuestas más que una sensación única, irrepetible, que se manifestó en el momento en que nos abrazamos en una siesta sin tiempo ni espacio, bebiendo unas copas de limoncello (que según ella no es lemoncello, como popularmente algunos nombran tan virtuoso licor de limón).

De ahí en más algo se dibujó, como si una obra de arte hubiera tomado el control de la vida. Todo parece ser escrito por una mente maestra, que va colocando los acontecimientos uno tras otro, encontrándonos a propósito y fuera de toda organización civil establecida.

Un incierto miedo me invade.
------------------------------------------
Me pregunto si existirá alguna réplica tuya o si puedo encontrarte en el reflejo de un espejo.

martes, 21 de febrero de 2012

Panacea


Llegué tarde y me preguntaron por qué. La magia me retuvo, contesté y absortos me miraron pero no pasó nada más, o perdí el contacto con el mundo externo y no supe el resto. A otros les conté que conocí el concepto de magia. Algo tan abstracto que se responde con una sonrisa y alguna frase común “qué loco estás”. Estaré loco o no formo parte del tiempo, que se consume y me mira cada vez que le pido cuentas a la soledad, que acecha cuando termino un libro o el cigarrillo que muere invitando el nacimiento de otro, en un círculo que parece ser eterno…


Me dijo algo casi científico: “se necesitan quince abrazos por día”. Fueron uno, dos, tres, tal vez cuatro. Me estoy instruyendo en procesos alquimistas para repetir día a día el instante en que nos fundimos el uno con el otro.