martes, 21 de febrero de 2012

Panacea


Llegué tarde y me preguntaron por qué. La magia me retuvo, contesté y absortos me miraron pero no pasó nada más, o perdí el contacto con el mundo externo y no supe el resto. A otros les conté que conocí el concepto de magia. Algo tan abstracto que se responde con una sonrisa y alguna frase común “qué loco estás”. Estaré loco o no formo parte del tiempo, que se consume y me mira cada vez que le pido cuentas a la soledad, que acecha cuando termino un libro o el cigarrillo que muere invitando el nacimiento de otro, en un círculo que parece ser eterno…


Me dijo algo casi científico: “se necesitan quince abrazos por día”. Fueron uno, dos, tres, tal vez cuatro. Me estoy instruyendo en procesos alquimistas para repetir día a día el instante en que nos fundimos el uno con el otro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario