La montaña de las dudas - Cristina Alejos Cañada |
El hablarte
es un acto que un dios no podría admitir como eterno, yo en cambio si te
encuentro en cualquier lugar tengo las argumentaciones válidas para saludarte y
sostener mis palabras para que no mires la hora.
Tampoco los
escépticos justificarían el acto. No pretendo hablar nada concreto ni abusar de
sutiles indirectas que revisen lo vivido. Las explicaciones las encontré en el silencio,
en las noches y en todos los amores que pasaron y sucumbieron en mi alma. Pero
si te asimilo en cada canción, en cada fracción de genialidad artística, es
porque algo insospechado, inmaterial, ha quedado perdido en algún lugar. Esa parte
de mí que dejé y que pretendo buscar aunque no creo saber para qué.
No puedo
jurar ningún santo ni construir castillos de arena. Tu belleza intangible lo
impide y no aprecia discusiones.