Klimt |
Siempre
volveré al mismo lugar, donde no existen los grises y no queda mayor destino
que caer en el abismo, oscuro y hostil, de la nocturna soledad, que se contagia
en el día, en las siestas y en todos los atardeceres.
No soy yo
quien juega con mis amigos, es solo una reproducción de mi alma, desgastada y
simpática, que transcurre en el mundo contando segundos, corriendo en los
parques y desarmando ideas morales.
El
constante no existir de las cosas
………………
Todos los
amores en la vida han dejado algún sano consejo sobre como transitar el resto
de los días. Puedo transcribir algunas ideas pero creo que casi todos sabemos,
que el amor se reproduce como las fuerzas productivas, y no hay tanta variedad
de cosas, es todo lo mismo. Nadie iniciará sus caminos sensuales sin alguna de
las típicas estratagemas de conquista occidental, entre copas y declaraciones
idílicas de belleza. Y no serán terminadas esas relaciones sin algún derroche
de sal ocular.
También he
aprendido que muchos hablan pero luego se enfrían. No hacen pero juzgan. Hay
que hacer e intentar, hablar menos y sentir más para encontrarnos vivos y
eternos ante la oscuridad de la muerte.
Hay que
iluminarse en algún momento: cuando se entiende que no existe una realidad si
no un conjunto de realidades, todo cambia. Así nace la tolerancia. Así se
entrena la paciencia.
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