martes, 4 de septiembre de 2012

El mismo lugar

Klimt


Siempre volveré al mismo lugar, donde no existen los grises y no queda mayor destino que caer en el abismo, oscuro y hostil, de la nocturna soledad, que se contagia en el día, en las siestas y en todos los atardeceres.
No soy yo quien juega con mis amigos, es solo una reproducción de mi alma, desgastada y simpática, que transcurre en el mundo contando segundos, corriendo en los parques y desarmando ideas morales.
El constante no existir de las cosas
………………
Todos los amores en la vida han dejado algún sano consejo sobre como transitar el resto de los días. Puedo transcribir algunas ideas pero creo que casi todos sabemos, que el amor se reproduce como las fuerzas productivas, y no hay tanta variedad de cosas, es todo lo mismo. Nadie iniciará sus caminos sensuales sin alguna de las típicas estratagemas de conquista occidental, entre copas y declaraciones idílicas de belleza. Y no serán terminadas esas relaciones sin algún derroche de sal ocular.
También he aprendido que muchos hablan pero luego se enfrían. No hacen pero juzgan. Hay que hacer e intentar, hablar menos y sentir más para encontrarnos vivos y eternos ante la oscuridad de la muerte.
Hay que iluminarse en algún momento: cuando se entiende que no existe una realidad si no un conjunto de realidades, todo cambia. Así nace la tolerancia. Así se entrena la paciencia.

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