viernes, 12 de noviembre de 2010

Hola...

Intrascendente sobre la cama y el mensaje enviado. "Hola..." y sentimiento revolucionario de obtener una respuesta que jamás llegará. La cabeza relajada, un largo día, bosques de álamos, una magnolia en el cielo y los perros alrededor, esperando el cariño del extraño en forma de visita. La cualidad misma que lo describe es la misma que lo aniquila por las noches; el personaje presenta signos de alteración cuando descubre el cambio.
Las confesiones sin el contexto necesario carecen de fundamentos de base, orgánicos, reales. La ausencia de comas o el abuso de las mismas es irrelevante cuando lo que importa es el mensaje que se envuelve entre el emisor y el destinatario. Creo ser un libro de memorias y aun me quedan varias hojas. "La pluma si es tan amable".
Revolotea una mariposa sin ilusiones a mi alrededor, la espanto con la mano sin el más mínimo respeto. Caerá en las tinieblas pero llevará consigo la virtud de morir entre mis manos, abrazada a las palmas, a la vida misma del soplo iracundo que la desterró. No es culpable, solo pagaré por ella.
La garganta seca de las mañanas, sin signos de besos en la sien. La nota que oigo es una sucesión de acordes que comienza en Sol Mayor que te pedí que escucharas.
Los ojos partidos, las letras abiertas, ideas en la mesa, paciencia y tus ansias de no fumar cuando te encanta. Y a mi me encanta todo.

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